Días...

Pasamos por la vida a diario, nos detenemos, y continuamos, pero hasta ahora no nos hemos dado cuenta de que al parar, uno debería observar bien su alrededor, fijándose en la gente, en los detalles, en lo mas mínimo, y es que al no hacerlo podemos dejar escapar oportunidades que solo se presentan una vez, oportunidades que salen de la nada, que parecen absurdas hasta dan la risa, de repente un día aparecen por casualidad, se cruzan en nuestro camino e incluso al principio parece que estorban mas que otra cosa, pero pasan los días, comparten partes importantes de una vida lejana pero aun así común de algún modo, y de pronto se convierten en un gesto, una mirada, una sensación, una sonrisa, un buscar y encontrar, son capaces de hacernos incluso olvidar.

Errores

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Dicen que el ser humano es el único que tropieza dos veces con la misma piedra. En realidad no son dos las veces que se traga el obstáculo, si no que es una tras otra por un periodo indefinido tiempo, chocando siempre contra un muro que a pesar de ser perfectamente divisable parece no atinar a ver. Repetir nuestros errores es un hábito del que por mucho que tiempo que pase no nos desprendemos, sabemos el error que estamos cometiendo, sabemos cómo atajarlo y sabemos cuándo pero no lo hacemos. Dejamos venir los acontecimientos hasta que estamos en el suelo, derribados por la piedra, o estampados contra el muro perdiendo así la noción y el sentido, arrepintiéndonos, pero no vislumbrando la solución de lo que hemos vuelto a repetir.

El golpe, es directamente proporcional, a las veces que negamos repetir la caída. Y por supuesto, duele.